Biarritz, en el País Vasco francés te espera: 10 razones para cruzar la frontera

1. Playas que enamoran: del surf al relax

Biarritz es sinónimo de playas de ensueño. Pero no creas que todas son iguales. Aquí encontrarás arenales para todos los gustos, desde los más salvajes a los más sofisticados.

• La Grande Plage: imagina un lienzo dorado bañado por el Atlántico, con el majestuoso Casino Bellevue presidiendo la escena. Este es el corazón de Biarritz, ideal para pasear, tomar el sol o simplemente admirar la belleza del entorno.
• Playa de la Côte des Basques: si eres un apasionado del surf, este es tu lugar. Olas perfectas para todos los niveles, escuelas de surf donde iniciarte en este deporte y un ambiente vibrante que te atrapará.
• Playa de Marbella: ¿buscas tranquilidad y un contacto más íntimo con la naturaleza? Esta pequeña cala, escondida entre acantilados, te ofrece un remanso de paz lejos del bullicio.

Y si te quedas con ganas de más, explora los alrededores de Biarritz. Bidart, Guéthary, Bayona y Saint-Jean-de-Luz te esperan con más playas de postal.

2. Un viaje al pasado a través de su arquitectura

Biarritz pueblo esconde un rico patrimonio histórico que se refleja en sus calles y edificios. Piérdete por su casco antiguo y descubre joyas arquitectónicas que te transportarán a épocas pasadas.

• Rocher de la Vierge: una roca imponente coronada por una estatua de la Virgen María, unida a la costa por un puente metálico diseñado por el mismísimo Gustave Eiffel. Las vistas desde aquí son simplemente espectaculares.
• Faro de Biarritz: con sus 73 metros de altura, este faro es un auténtico vigía de la costa. Sube hasta la cima y disfruta de una panorámica impresionante de la ciudad y el océano.
• Iglesia Ortodoxa Rusa: un edificio sorprendente con una cúpula dorada que destaca entre la arquitectura local. Su interior, ricamente decorado, te dejará sin palabras.
• Hôtel du Palais: antiguo palacio imperial de Napoleón III y Eugenia de Montijo, hoy convertido en un hotel de lujo. Su majestuosidad y elegancia te harán sentir como un rey.

3. El paraíso del surf

Si hay un deporte que define a Biarritz, ese es el surf. Considerada la cuna del surf en Europa, esta ciudad respira un ambiente surfero único. Tanto si eres un experto como si quieres iniciarte en este deporte, aquí encontrarás todo lo que necesitas.

• Escuelas de surf: numerosas escuelas ofrecen cursos para todos los niveles, con instructores experimentados que te guiarán en tus primeros pasos sobre las olas.
• Tiendas especializadas: encontrarás una gran variedad de tiendas donde alquilar o comprar material de surf de las mejores marcas.
• Campeonatos internacionales: Biarritz acoge a lo largo del año importantes competiciones de surf, como el Biarritz Quiksilver Maïder Arosteguy.

Pero el surf no es solo un deporte, es un estilo de vida. Terrazas con vistas al mar, bares con música en vivo y una atmósfera relajada te harán sentir la verdadera esencia del surf en Biarritz.

4. Gastronomía vasca con un toque francés

Prepárate para una experiencia culinaria inolvidable. La gastronomía de Biarritz combina la tradición vasca con la sofisticación francesa, dando como resultado platos exquisitos que te harán la boca agua.

• Pescado fresco: Biarritz es un paraíso para los amantes del pescado y el marisco. Prueba la merluza a la vasca, el chipirón a la plancha o la sopa de pescado, auténticas delicias del mar.
• Pintxos: aunque los pintxos son originarios de San Sebastián, en Biarritz también encontrarás bares con una amplia variedad de estas pequeñas obras de arte culinarias.
• Pastelería francesa: no puedes irte de Biarritz sin probar los macarons, los croissants o la tarta Tatin, dulces tentaciones que te conquistarán.

Y para acompañar tu comida, nada mejor que un buen vino de la región. Los vinos de Irouléguy, con su carácter único, son la opción perfecta.

5. Un destino con historia

Biarritz no solo es playa y surf. Su historia está llena de personajes ilustres y acontecimientos que han marcado su identidad.

• Eugenia de Montijo: la emperatriz francesa, esposa de Napoleón III, se enamoró de Biarritz y la convirtió en su residencia de verano. Gracias a ella, la ciudad se convirtió en un destino de moda para la aristocracia europea.
• La Belle Époque: a finales del siglo XIX y principios del XX, Biarritz vivió su época dorada. Artistas, escritores y miembros de la realeza acudían a la ciudad en busca de su clima suave y su ambiente sofisticado.
• La Segunda Guerra Mundial: durante la ocupación alemana, Biarritz fue un importante centro de operaciones. Hoy en día, se pueden visitar algunos vestigios de esta época, como el búnker de la playa.

Sumérgete en la historia de Biarritz y descubre las huellas que el pasado ha dejado en la ciudad.